Manipular las bombillas o su casquillo con las manos húmedas puede provocar descargas eléctricas.
Siempre desconecte la corriente eléctrica antes de instalar, reemplazar o retirar una bombilla.
No toque la bombilla mientras esté encendida o caliente, ya que podría causar quemaduras.
Use una base o casquillo compatible con el tamaño y tipo de la bombilla.
No fuerce la bombilla en un casquillo incompatible, ya que podría dañarla o romperla.
No utilice bombillas con una potencia superior a la especificada para la lámpara o luminaria, ya que puede causar sobrecalentamiento o incendios.
Las bombillas, especialmente las de vidrio, son frágiles y pueden romperse con impactos. Maneje con cuidado durante la instalación o el reemplazo.
Si la bombilla está agrietada, rota o muestra signos de daño, no la conecte. Reemplace de inmediato por una nueva.
No use bombillas de interior en exteriores o en lugares húmedos, a menos que estén diseñadas para esos entornos (por ejemplo, clasificación IP65).
Evite instalar bombillas en áreas con temperaturas extremas.
La luz brillante, especialmente de bombillas LED o halógenas, puede causar molestias oculares o daños si se observa directamente durante un periodo prolongado.
Si nota parpadeos, olor a quemado, chispas o ruidos extraños, apague la corriente y retire la bombilla de inmediato. Consulte a un técnico si es necesario.
No coloque materiales inflamables, como telas o papel, cerca de la bombilla encendida, ya que podrían prenderse fuego.
Limpie las bombillas apagadas y frías con un paño seco para eliminar el polvo y mejorar su eficiencia.
Guarde las bombillas no utilizadas en un lugar seco y seguro para evitar que se dañen antes de su uso.