Instalar la pantalla en un soporte seguro y estable, preferiblemente montada en la pared.
Mantener los cables organizados y fuera de las zonas de paso para evitar tropiezos.
Apagar y desconectar de la corriente eléctrica antes de realizar limpieza o mantenimiento.
Usar solo paños suaves y productos de limpieza recomendados para evitar daños en la pantalla.
Supervisar su uso cuando esté al alcance de niños para evitar golpes o mal uso.
Mantener la pantalla alejada de fuentes de calor, humedad y luz solar directa para prolongar su vida útil.
Actualizar el software regularmente para garantizar un rendimiento seguro y eficiente.